Colombia es Realismo Mágico
Para describir a Colombia no hacen falta más que dos simples palabras que hacen alusión a su más celebre personaje: realismo mágico. Es un juego en el que, muy acertadamente, los responsables del departamento de turismo colombiano, han sabido plasmar a la perfección en el concepto estético del país como marca. El realismo mágico es un movimiento artístico en el que se representa la realidad con ciertos elementos surreales o mágicos, que la hacen más linda aunque a veces inverosímil. Y es que García Márquez supo identificarse con esta corriente literaria justamente porque era su propia realidad. Su país, Colombia, el más grande exponente mágico-realista del continente.
Pero por qué digo que Colombia es realismo mágico? Solamente con entrar a la Ciudad Amurallada en Cartagena de Indias, aparecen luces, caballos, bailarinas, músicos, frutas, animales, e incluso parejas casándose; es un completo viaje en el tiempo. O también se siente al ingresar al Parque Tayrona, donde se respira un aire de misticismo sublime en el que poco queda que hacer salvo entregarse por completo a la naturaleza. Efectivamente, las estrellas en la noche lo confirman, si no lo hacen antes los habitantes nativos que se pasean libremente por aquella jungla caribeña, cargando cocos como si fueran hijos. Y luego se observan los contrastes, cómo yendo de una región a otra el escenario puede cambiar tan drásticamente. Es una característica propia de los países latinoamericanos, repletos de riquezas naturales infinitas que van desde la selva, el desierto, la nieve y la montaña hasta la más paradisíaca playa de aguas cristalinas.
La gente? Ni siquiera hace falta mencionar la cantidad de gente buena y talentosa que habita este país. La comida? Nada más parecido a la cocina de mi tierra. (De hecho, Colombia es casi idéntico a Venezuela en cuanto a muchísimos aspectos). El arroz con coco, el ajiaco, la limonada de coco, la arepa'e huevo, el pan de bono, los patacones, y especialmente el café, forman parte del menú diario del colombiano y por supuesto, de cualquiera que este dispuesto a probar un pedacito de cielo durante su estadía en territorio colombiano .
Espero con mis fotos haber capturado por lo menos una pizca de esa magia, aunque me haya faltado mucho que recorrer en la tierra de las mariposas amarillas, a donde estoy segura volveré en un futuro no muy lejano.